Llegamos a Peralejos de las Truchas. Allí había un caseta de información y un chico muy majete, Mario, nos dio información sobre diferentes puntos a visitar del Parque Nacional del Alto Tajo. Nos sacó un mapa (qué maravilla, un mapa de papel) y nos fue señalando sitios.
Debían ya ser las doce y pico o una, con lo cual le pregunté: ¿Y un sitio chulo para bañarse a estas horas? Pues la Cascada de El Molino a cinco minutos de aquí en coche, me dijo.
Y allí fuimos, claro.
Puedes ir andando desde el pueblo (unos 2 km). Nosotros fuimos en coche. En Google maps está. Coges una pista de tierra. La pista es tal que así:
Y en un pispás (unos 5 m) te plantas en un pequeño parking. Cuando nosotros llegamos, como podéis ver abajo, había muy pocos coches.
El pueblo queda a 2 km más o menos (1,9 km para ser precisos).
Si giras la cabeza las vistas son (como en la gran mayoría del PN del Alto Tajo) una maravilla.
Junto al parking, hay un antiguo albergue ya cerrado (veo un cartel de bar, qué pena, porque una cervecita ahora, iría de maravilla).
LA ABANDONADA CENTRAL HIDROELÉCTRICA
Luego, al poco, está lo que he leído que es una central hidroeléctrica, ya abandonada.
Está ya en muy mal estado, como se puede ver en las siguientes fotos:
Luego, un poco más adelante, ya se ve el glorioso Tajo (mi río favorito de toda España). Antes de las cascadas hay pequeños huecos, pequeños espacios de tierra, para dejar la toalla o las cosas que lleves y darte un chapuzón (o quedarte allí a pasar la mañana, la tarde, o el día).
LA CASCADA DE EL MOLINO
Y luego, tachán, tachán…la Cascada de El Molino.
A ver, no te esperes la octava maravilla del mundo moderno. Yo había visto fotos y me esperaba más, la verdad. No están mal. Son bonitas. Pero no son las cataratas del Niágara (como parece que son en algún blog que he visto por ahí). Hoy en día, parece que todo tiene que ser espectacular. Ves las fotos en Instagram, luego vas al sitio en cuestión y te decepciona. Pero, cómo no te va a decepcionar, si tiene 15 filtros, se hacen con objetivos de gran angular o similares y la han mejorado digitalmente de diez maneras diferentes. Un poquito de por favor.
La realidad es la que es. Mostremos la realidad tal y como es y no inventemos una realidad edulcorada y pasada por Photoshop, porque las implicaciones, a todos los niveles, a medio y largo plazo, son nefastas. Así lo veo yo, al menos.
Ahí va otra foto de la cascada que esto es un blog de viajes (supuestamente, jajaja). Lo que se ve, en el medio, es un hombrecillo que me ha estropeado la foto.
Había bastante gente, sobre todo gente joven. Y muchos perros también. Y gente de los pueblos de los alrededores, poniendo la bebida en el río para que se enfriase y con la nevera repleta de sandía y viandas varias.
Ahí van unas cuantas fotos desde más cerca (yo ya metido en el agua, arriesgando la integridad de mi preciadísimo móvil).
Hay pocos sitios para dejar tus cosas. La gente se buscaba la vida y lo dejaba en cualquier rincón. Es decir, el sitio no está bien habilitado para el turismo o una invasión masiva de gente (menos mal, por otra parte, si no tendríamos otro lugar estropeado por el turismo).
Los más intrépidos (parejas jóvenes) se colocaban encima de las rocas. Hay un par de ellas que parecen «tumbonas de piedra», perfectas como solárium.
A la izquierda había una canalización de agua en forma de escalera que encontré muy fotogénica:
Estuvimos un rato, nos dimos un par de chapuzones, hicimos unas fotos y vuelta a Peralejos.
La última foto y cerramos telón: