Estos son las 10 cosas gratis que más me gustaron del crucero Symphony of the seas de Royal Caribbean:
1. Comer helados de vainilla y chocolate gratis: Hay dos máquinas, una en cada lado del barco, despachando helados gratis continuamente. Están buenísimos. Son adictivos.
2. Ir a sus espectáculos: Hay muchos y variados. Nosotros vimos Hairspray en el Total Theatre e Hiro en el Aqua Theatre. Pero había más. Además los van cambiando. Es mejor reservar, pero si no, sueles encontrar sitio.
3. Tirarte por el tobogán Ultimate Abyss: Muy chulo. Cuando llegas abajo y miras para arriba impresiona por dónde te has tirado. Sigue las indicaciones que te dan. Yo me hice un pequeño rasguño por no colocarme bien. A mis hijas les encantó. Se tiraron varias veces. Decían que se bajaba muy rápido.
4. Relajarte en sus jacuzzis: Hay varios en el crucero. Mis preferidos son los que figuran en la foto de abajo. Suelen estar llenos. Tienes que hacerte un hueco. Ves el mar desde grandes ventanales. Puedes ver la tele. Y todo mientras te tomas cualquier bebida. Chulísimos.
5. Jugar al mini golf con vistas al mar: Una actividad divertida para cualquier edad y público. Un lujo meter la bolita en el hoyo mientras miras al mar.
6. Bañarte en las piscinas y tirarte por los toboganes de cubierta una y mil veces: La foto lo dice todo. No hace falta más explicaciones. Las piscinas suelen estar hasta arriba de gente, eso sí. En los toboganes había cola, pero no excesiva. Mis hijas se aburrieron de tirarse.
7. Partirte de risa en los shows de humor: Yo estuve en el de Roberto Vara. Un crack. Me dolía la tripa de reírme.
8. Sentarte en la popa del crucero con los pies en la barandilla: Así. Tal cual. Estar un rato ahí. Sin prisas. Mi mujer y sus converse en primer plano.
9. Hablar y reírte con la maravillosa tripulación del crucero: El staff era increíble. Simpáticos y profesionales. De todas las nacionalidades. Daba gusto estar con ellos.
10. Y, por supuesto, comer, comer, y no dejar de comer: Vamos a ver… ¿a qué hemos venido al crucero, jajaja? Pues eso. Comer a todas horas. Sin descanso. Sin culpabilidad. Creer que ya no tendrás hambre en tu vida y volver al buffet a las dos horas. La comida genial. Variada y de calidad. ¡Una pasada!
Para una información más detallada: Symphony of the Seas – Royal Caribbean