La más preciada joya de la Iglesia de Santiago en Villafranca del Bierzo es la conocida como Puerta del perdón.
La sola contemplación, la mera admiración de esta puerta, justifica la visita.
Según la tradición, si los peregrinos que no podían continuar su camino a Santiago de Compostela, por causas de fuerza mayor, tomaban la comunión de rodillas, en los escalones de la puerta, gozaban de las mismas perdonanzas y prerrogativas, que si lo hacían en la puerta del perdón de la Catedral de Santiago.
La puerta concedía el privilegio de ganar el jubileo a los peregrinos enfermos (que, por aquellos tiempos, entiendo, deberían ser bastante numerosos).
Es una iglesia románica que data del siglo XII. Posee una sola nave, techumbre de madera y un ábside semicircular.
La puerta del perdón está en el muro norte de la Iglesia. Sólo permanece abierta en años jacobeos, es decir, cuando el día de Santiago cae en Domingo.
La Iglesia de Santiago está en Villafranca del Bierzo, un pueblo jacobeo, que se ubica en la confluencia de los ríos Valcarce y Burbia.
Esta «villa de francos» se funda en el siglo XI por un grupo de monjes de la orden de Cluny, que construyen un monasterio, en torno al cual, comienza a crecer un burgo.
A Villafranca del Bierzo se la conoce como «la pequeña compostela».
Villafranca fue declarada conjunto histórico-artístico en 1965.
La Iglesia de Santiago está dedicada al apóstol Santiago.
Las gentes de Villafranca llevan siglos dando refugio y comida a los peregrinos (en un arte perfeccionado con los años).
Junto a la Iglesia de Santiago hay un albergue de peregrinos. Entramos y observamos una torre de babel de edades, circunstancias y países. Una bella y curiosa mezcla.
A la entrada, en una caja de plástico, había cerezas, una fruta que abunda en las tierras del Bierzo.
Unas tierras, dicho sea de paso, abiertas y generosas.