La curiosa y apasionante historia de Peralejos de las Truchas y Bruce Springsteen

Alquilamos una casa rural para un finde en Peralejos de las Truchas. Es un pueblecito encantador y, además, es perfecto como centro de operaciones, desde el cual «atacar» diferentes puntos del P.N del Alto Tajo. Nosotros hicimos varias excursiones como el Barranco del Horcajo, la Cascada de El Molino o la Laguna de Taravilla.

Nos dejamos la visita al pueblo para el final de la tarde. Sencillamente, llegamos y, sin más pretensiones, empezamos a caminar, relajadamente, por sus calles. Al poco, me sorprendió un cartel de José Luis Sampedro y «El río que nos lleva».  Al parecer, según me contó luego la gente del pueblo, el escritor escribió su obra después de su experiencia en la Fiesta Ganchera del Alto Tajo.

Peralejos le invitó a conocer la fiesta ganchera y él accedió. Un señor de Peralejos me narró que recordaba, perfectamente, a José Luis Sampedro ,comiéndose unas chuletillas de cordero y charlando, animadamente, con la gente de la villa.

Seguimos vagando por el pueblo. El encanto de las casas, la arquitectura local y la sencillez de Peralejos, me encantó.

Casa de Peralejos
Casa con balconada de madera

Había detalles relativos a la tradición del pueblo que, además, eran significativos y estéticos. En la foto de abajo, por ejemplo, se puede observar una ventana de una construcción en la que han colocado una fotografía de los gancheros en el Tajo, haciendo su peculiar «trabajo».

Gancheros en el Tajo

Un poco más adelante, estaba la Iglesia de San Mateo. Estaba cerrada. Una pena porque me hubiese gustado visitarla. Ya he dejado dicho, en más de una ocasión, que me encanta explorar iglesias. Cuanto más antiguas, mejor.

Iglesia de San Mateo

Al llegar a la plaza del Ayuntamiento, vimos, en una de las paredes, para mi sorpresa y regocijo, el siguiente tablón:

Cartel del acuerdo de hermanamiento entre Peralejos de las Truchas y Freehold

La pancarta hace referencia al hermanamiento entre los pueblos de Peralejos de las Truchas y Freehold, el pueblo donde pasó su infancia Bruce Springsteen.

El cartel reza: Acuerdo de Hermanamiento. Habiendo formado un vínculo de amistad porque tenemos «lazos que unen» ambos pueblos. Bruce Springsteen creció en Freehold y los jóvenes de Peralejos crecieron escuchando a Bruce. Bruce es un hijo de Freehold y Peralejos de las truchas nombró a Bruce como «hijo adoptivo». El acuerdo es del 17 de junio de 2019.

Detalle del cartel

Cerca se ubicaba una fuente «en memoria de José Luis Sampedro». Se me ocurrió pensar que, también, había un hermanamiento entre Bruce Springsteen y Sampedro. Una estrella de rock y un aclamado escritor, economista y pensador. Uno estadounidense y el otro español. Música y literatura unidas. Dos curiosos y extraños compañeros de viaje. He de decir que yo leí, hace muchos años, «La Sonrisa Etrusca» y me pareció una delicia de libro. También recuerdo cuando hablaba, en entrevistas y artículos, de la frivolidad de la sociedad de consumo actual y de la importancia de tener valores de humanidad y ciudadanía, al estilo de la Grecia clásica. Fue, sin duda, un gran hombre.

Fuente en memoria de José Luis Sampedro

Era ya tarde. El sol se estaba ocultando. Empezaba a oscurecer. Llegamos a la Playa Mayor. Y allí había un bar. El «Bar Plaza». Nos sentamos en una de las mesas de la terraza y entré a pedir un par de cervezas.

Bar Plaza, en la Plaza Mayor de Peralejos

Al entrar, enseguida caí en la cuenta, que el bar era un homenaje en sí mismo a Bruce Springsteen. Las paredes estaban repletas de póster y cuadros del cantante de Nueva Jersey. Todo allí dentro recordaba a él.

Como no puede ser de otra forma en mí, me puse a preguntar y a hablar con los parroquianos del bar sobre el tema. Un par de ellos me contaron la historia o lo que ellos conocían de la misma. Básicamente, y por lo que recuerdo, el dueño del Bar empezó a pinchar el disco The River del Boss en la década de los 80. Y lo tenía todo el día puesto, con lo cual, la gente de Peralejos, creció escuchando a Bruce.

Póster de 2008 Tour

Luego, alguien del pueblo fue a un concierto de Bruce con una pancarta de Peralejos de las Truchas. Y, por alguna razón que desconozco, el rockero se fijó en el cartel y dijo el nombre en alto: «Peraaaaaalejos». Creo que el siguiente paso fue que el alcalde del pueblo logró, de curiosísimas maneras, según me contaron los dos «amiguetes» que me hice en el bar, hacerle llegar a Bruce algún tipo de objeto en su honor. Años más tarde, llegó el acuerdo de hermanamiento entre Freehold y Peralejos de las Truchas.

Todos los años se celebra un festival de música en el pueblo en homenaje a Springsteen. Según me narraron, hay que reservar habitación en el pueblo con mucha antelación, porque en esas fechas se llena todo y no cabe un alfiler.

Cartel de agradecimiento a Víctor Jiménez por acercar al Boss a Peralejos

De lo que acabo de contar, mucho me temo, la mayoría será inexacto e incompleto. Si algún distraído lector de este humilde blog, lee esto y sabe detalles de la historia, yo, personalmente, le agradecería mucho que me lo hiciese saber en comentarios, para que pueda completar este artículo con la historia real. Aunque habrá ya, a estas alturas, tanta leyenda como verdad, con lo cual será difícil desentrañar qué pasó en realidad, cuáles fueron los acontecimientos y en qué orden se produjeron.

Sobre el fascinante relato de Peralejos y el Boss se han publicado sendos artículos de periódico y todo tipo de informaciones y curiosidades.

El anhelo de todo el pueblo sería que algún día el Boss visitase el pueblo y diese un concierto allí.

Confiemos en que así sea…

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