
¿Dónde está?
O Tiu da Fala es una tienda que se encuentra en San Martín de Trevejo, un pintoresco pueblo en la Sierra de Gata, Cáceres.

Mi mujer y yo estábamos visitando el pueblo, nos pareció un local característico y singular por fuera y decidimos entrar.

San Martín de Trevejo
San Martín de Trevejo es uno de los tres pueblos donde se habla «A Fala», una lengua de origen galaico-portugués. Es un bonito pueblo, de calles empedradas y arquitectura tradicional, del que además salen varias rutas de senderismo.
El pueblo, por cierto, pertenece a la asociación Los Pueblos más bonitos de España.

Una cosa muy curiosa del pueblo es que lo atraviesa de norte a sur, un pequeño canal de agua.

Julián, el propietario
Tras fisgonear por toda la tienda, preguntamos y nos atendió Julián. El propietario. Un vendedor nato. De los de la vieja escuela, en el mejor sentido del término. Nos pasó a una habitación anexa y nos puso un par de vinos mientras nos daba a probar los exquisitos embutidos de la zona. Al final nos llevamos de todo. Salimos con un par de bolsas. Desde salchichón y otros embutidos hasta canutillos de crema. Una locura.

¿Qué puedes comprar en O Tiu da Fala?
Igual la pregunta correcta sería, ¿qué no puedes comprar? porque tenía de todo. Ofrecía una cuidada selección de productos locales: embutidos, quesos, vinos, aceites, postres, café, legumbres y un sinfín de alimentos representativos de la gastronomía de la Sierra de Gata.
Al parecer el local está ambientado al estilo de las antiguas «Boigas» (Bodegas de la zona).

En Tiu da Fala el lema es «Comi Bebi Fala» (Come, Bebe, Habla), es decir, matar dos pájaros de un tiro: promocionar la gastronomía local y practicar para que no caiga en el desuso la lengua local.
Nos pusimos a hablar con Julián y me quedé pasmado cuando me contó que conocía a Prada a Tope, un empresario de El Bierzo, que conocen mis padres (y yo mismo) y que es todo un símbolo de la gastronomía y cultura berciana. Aparte de haber creado, desde la nada, un pequeño emporio.

No me importaría quedarme encerrado de por vida en esta tienda. Con todo su «material gastronómico» a mi disposición y una buena biblioteca. No necesito más, jeje.

Tanto la colocación de los diferentes productos como los adornos estaba presentado con una atención impecable a los detalles.
Una maravilla de sitio.
Si vais a San Martín de Trevejo, no dejéis de ir.