Creo que nadie sabe, a ciencia cierta, a qué se asemeja. Lo que nadie duda es que es un símbolo poderoso. El que distingue a Sydney en el mundo y, probablemente, una de las señas de identidad más decisivas de Australia.
Al verla de cerca me sucedió, lo que pocas veces, me ha sucedido, con las «grandes maravillas» que hay repartidas por el mundo. Me impresionó de verdad. Es una obra grandiosa, especial, mastodóntica, cuya originalidad y audacia te atrapa. Es como una pirámide moderna, entre expresionista y surrealista.
LA ÓPERA DE SIDNEY
La Ópera de Sidney (o Sydney Opera House) fue diseñada por el arquitecto danés Jørn Utzon en 1957 y tras, innumerables vicisitudes, se inauguró en 1973 por Isabel II. En 2007 fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Aunque en las fotos o de lejos pueda parecer pequeña, no lo es. En su interior hay 4 auditorios principales destinados a Ópera, Teatro, Danza y Conciertos. Hay también otras muchas salas menores.
Estuvo nominada para ser una de las 7 maravillas del mundo moderno pero, finalmente, no consiguió semejante galardón.
UN POCO DE HISTORIA DE LA ÓPERA DE SIDNEY
En la década de los 40 del siglo pasado surgió la idea de construir un gran espacio para espectáculos en Sidney. Se eligió la península de Bennelong Point en la majestuosa Bahía de Sydney (por cierto que, hicimos un crucero por la bahía y puedo asegurar que es espectacular). En 1955 sala a concurso el proyecto y se presentan más de 200 proyectos de más de 20 países diferentes.
Al final lo ganó, como ya sabemos, Jørn Utzon, un arquitecto de Dinamarca. El presupuesto inicial fue de 7 millones de dólares.
El arquitecto presentó una serie de bocetos y diseños. A la hora de dar forma al proyecto fue mucho más complicado de lo que se pensaba (y más con las limitadas técnicas arquitectónicas de la época). Al final tras 17 años, se acabó en 1973 y su coste se disparó a 102 millones de dólares (es decir, más de 10 veces su presupuesto inicial).
Entre tanto hubo críticas de todo tipo y condición que llevaron, entre otras cosas, a que el propio Utzon dimitiera y abandonara el proyecto (años más tarde, se reconciliaron con él y regreso a Australia para dirigir nuevos proyectos relacionados con la Ópera de Sidney).
Como conclusión, se podría decir que fue un proyecto faraónico que superó todas las expectativas iniciales. Pero el resultado final lo justifica todo: las críticas, los retrasos y toda la convulsión que hubo en la ciudad. Hoy por hoy, la Ópera de Sidney es un monumento único en el mundo.
Desde el punto de vista arquitectónico el proyecto supuso un desafío. Traspasar esquemas y bocetos, desde la mente de un arquitecto, a la realidad, necesitó de grandes dosis de originalidad, creatividad y tecnología. Aún así, creo que se logró con creces. Por ejemplo, Utzon quería que sus conchas representaran las velas blancas de un barco que contrastaban, poderosamente, con el azul marino de la Bahía de Sidney. Considero que el efecto, si ves la ópera desde la distancia o a vista de pájaro, está más que conseguido.
RECOMENDACIÓN
Recomiendo entrar en la Òpera de Sidney y no quedarse sólo en su mera contemplación exterior. Nosotros compramos entradas para una obra cómica de teatro. Era de piratas y la puesta en escena estaba muy bien.
Sin embargo, más que la obra en sí, me gustó mucho la experiencia de ver el interior de la ópera, tomarme, pausadamente, una copa de cava y disfrutar de las imponentes vistas de la Bahía de Sidney.
Es algo que recomiendo a todo el mundo.
ALGUNAS CURIOSIDADES DEL SYDNEY OPERA HOUSE
- Tiene más de un millón de pequeños azulejos de color blanco distribuidos entre todas sus «conchas».
- Mide más de 180 metros de largo y 120 de ancho.
- Posee el órgano mecánico más grande del mundo, con más de 10.000 tubos.
- En su construcción se utilizaron más de 350 km de cable de acero.
- En su edificación participaron más de 10.000 obreros.
Es un sí o sí qué ver en Sídney! Nosotras tenemos tantas ganas de viajar a Australia que cuando estemos allí, no nos lo vamos a creer! Y estamos de acuerdo contigo, ese pedazo de edificio hay que vivirlo por dentro y por fuera!!
Seguro que vais a Australia más pronto que tarde. Y os va a encantar. Sídney, en concreto, es una maravilla de ciudad, llena de rincones para visitar y con una calidad de vida impresionante. Y cuando vayáis a la ópera os ponéis guapas y disfrutáis de una velada única. Besos y abrazos compañeras.